miércoles, 15 de diciembre de 2010

Testimonio de una mamá biológica (parte 3 - Un testimonio nostálgico)

Hoy al leer mis mails encontré este mensaje de Mónica contando su historia. Mónica es Colombiana y hace algunos años dio a su hija en adopción. Les pido que lo lean, les pido que otra vez nos pongamos por un momento del otro lado para poder comprender otras realidades, para poder mirar con los ojos del corazón... Estoy segura de que ese es el único camino para que podamos ENCONTRARNOS.
Mónica, desde Argentina vuela mi agradecimiento por tu valentía, por poner en palabras y confiar tu historia personal para que muchos hijos podamos ponerle voz y rostro a esas madres que están, por ahora, sólo en nuestra fantasía. ¡Todo mi cariño!
Y a las otras mamás que todavía no se animan decirles que cuentan aquí con un espacio para dejar fluir lo que sienten. Escríbanme a completandomihistoria@gmail.com. ¡Gracias a todas!

"Un testimonio nostálgico

Tengo en mi mesa, entre muchos otros documentos que voy recogiendo en el camino, la investigación de la señora Eva Giberti “madres excluidas”. Debo ser sincera, no he leído con mucho juicio, algunos asuntos emocionales hacen que la lectura sea difícil a veces.

De vez en vez, releo, repaso, resumo, copio, entiendo, comparo, y me asombro de ver como aun siendo esta investigación realizada en Argentina tiene tanta similitud con la problemática vivida por nosotras en Colombia.

Hoy, encontré un pregunta entre las hojas del libro que me empujó a escribir mi propia respuesta:

¿QUIENES SON LAS MUJERES QUE ENTREGAN SUS HIJOS EN ADOPCION?

El libro tiene para esta pregunta una suerte de definiciones, todas basadas en caracterizaciones de la población, porcentajes sobre edades, escolaridad, procedencia, número de hijos….pero realmente me pregunto entonces….¿quién soy yo?

Bueno, yo soy una mujer de 38 años, Trabajadora Social, madre de 3 hijos, la mayor de 16 años, el que sigue 13 años, y la menor…que vive lejos de mi porque decidí la adopción tiene casi 10 años, los cumple en Febrero del próximo año.

Esa hija es producto de un amor inmenso, es hija de un hombre que ame con locura, y con el que viví cosas maravillosas, pero como todo, el amor es eterno mientras dura y ese también terminó, el embarazo ocurre luego de un encuentro casual, no fue fácil aceptar el embarazo, sin embargo trate de comunicarme con él, para que supiera, para que tomáramos una decisión juntos. Nunca encontré respuesta de el, ni buena ni mala, ninguna respuesta.

Pasaron uno, dos, tres, cuatro…siete meses, y el silencio de ese hombre alguna vez amado, la falta de apoyo de mi familia, la falta de un empleo estable, me ayudaron a tomar la decisión más difícil de mi vida.

Estaba muy asustada, no sabia lo que debía hacer, a la distancia de una llamada consulte en un hogar de madres y me dijeron que me recibían, que me ofrecían vivienda durante el tiempo de embarazo que me faltaba y que me ayudaban con la parte medica porque no había tenido ni un solo control ni ecografías ni nada, no sabia que pasaba ni como estaba todo.

Llegue el 13 de diciembre de 2000, a las 7 de la noche a una casa discreta en la localidad de Usaquen en Bogota, con 7 meses de embarazo y con toda mi vida metida en una maleta.

Pase una navidad muy triste, lejos de mis otros hijos y conviviendo con personas que nunca había visto antes. El 1 de Febrero nació mi hija, no la tuve conmigo ni un solo instante, y aunque ya deseaba irme para mi casa, nunca pensé que fuera tan triste despedirme de esa pequeña que me arrancaba las entrañas.

Han pasado casi diez años, en los que han ocurrido muchas cosas, termine mis estudios, tengo un empleo, tengo personas que me apoyan, mis relaciones familiares han mejorado. Estoy casi lista para encontrar en el camino a mi hija, digo casi porque ahora tengo que esperar que ella quiera hacerlo.

Entonces, quien soy yo? Una mujer, madre, amiga, hermana, con tres hijos que espero que se reúnan algún día. Soy una mujer dedicada todos los días a cuidar, amar, abrazar mujeres que pasan por la misma situación en la que yo estuve algún día. Trabajo en el mismo hogar materno que me acogió cuando fue necesario y doy todo el apoyo que puedo y mas.

Soy una persona normal, no me siento desalmada, ni loca, ni en conflicto con mi maternidad, creo que no reúno requisitos para encasillarme en ninguna definición. Por que escribo? Por que me arriesgo? Porque estoy convencida de que necesitamos tener un rostro y una voz, porque soy defensora hasta la muerte de las mujeres que deciden vivir lejos de sus hijos por amor y pensando en su bienestar.

En el camino me he encontrado muchas opiniones, la gran mayoría son fuertes, y me han hecho sentir triste alguna vez, pero generalmente estoy bien con lo decidido a pesar de la nostalgia.

Recuerdo a mi hija todos los días, la imagino en navidades, la imagino en sus cumpleaños, la sueño y pido a Dios por ella siempre..

Todos tendremos una respuesta diferente para decir quienes son las mujeres que entregan sus hijos en adopción, pero por ahora, yo soy una mujer que a veces me siento valiente, a veces me siento triste, pero sobre todo, siempre me siento madre.

Monica Sierra"

1 comentario:

Patri dijo...

Otro testimonio que se anexa a este, respondiendo la misma pregunta... Gracias Mónica!

"Quienes somos las que entregamos nuestro hijos en adopción? era yo una de esas... pero no me reconocía a mi misma...parecía como si no fuera yo.
También llegué a esa discreta casa de Usaquén, con mi hija en brazos... con el peso de una decisión ya tomada, con la fortaleza que me daban sus ojos... y con el único consuelo de aprovechar los únicos días que iba a vivir con ella, tan presente en mi mente el día en el que llegué como el día en que me fui
Encontré a cuatro mujeres, cada una con una historia, con un pasado, con muchas razones pero con la misma decisión, éramos todas madres de hijos que no íbamos a poder tener con nosotras, vi como de cada una de ellas salían lagrimas al pensar en esa separación y por primera vez en mucho tiempo sentí que no estaba sola, que no era la única y que habían otras que con toda la autoridad podían decirme lo siento.
Todas somos muy distintas, y a todas nos mueven razones distintas, tan distintas como la vida que cada una ha vivido. Yo era una mujer con aparentemente más oportunidad que otras para conservar a mi hija, pero creo que el tiempo y la vida me darán la razón. El porqué lo hice… muchas veces lo repetí como quien aprende la lección, no era algo que sabía, era algo que intuía, pero en realidad esas razones solo nos pertenecen a ella y a mí. Es difícil hablar de esto, el nudo en la garganta no se me quita desde que comienzo hasta muchos después que termino, y más aun y a mi pesar, sabiendo que detrás de esta decisión hay un mundo de mentiras, mentiras a personas que amamos… para no herirlas, para no ser juzgadas, para no escuchar esas voces que a veces sin razón nos encierran en definiciones absurdas, y nos catalogan como abandonadoras, sin sentimientos, y sé que aunque es difícil definir quienes somos las que entregamos en adopción, si sé y puedo asegurar lo que no somos, no somos las que abandonamos y las que no sentimos.
Sé que el recuerdo de mi hija me acompañará toda la vida y el sentimiento de lo que duele su ausencia estará siempre presente, algunos días más que otros, pero siempre presente, como la esperanza de volverla a ver."