jueves, 31 de enero de 2019

No pienses que no pasa nada...

No pienses que no pasa nada porque tu hijo adoptivo, o de crianza no pregunta...
No pienses que no pasa nada.
A veces, la revolución se siente adentro.
La necesidad de saber es un remolino que da a lugar a emociones inesperadas. A inquietudes que se acallan cada vez que tu hijo te escucha decir: "no, ella no necesita saber, siempre me dice que es feliz de que yo sea su mamá", "no, él ni piensa en eso".
Y tal vez piensa... pero el temor a lastimarte es tan grande, o el miedo a serte desleal... Porque le han dicho, con y sin palabras, que "sólo hay una madre", que "ni los animales abandonan a sus crías", que "debería estar agradecido por lo que le tocó".
¿Qué fue lo que le tocó? 
Perder a su mamá. A quien lo gestó. De quien heredó células y de quien escuchó su voz. Perder sus raíces.
Nació perdiendo.
¿Te parece poco?
Es muchísimo.
Entonces... no pienses que no pasa nada.
Pudo haber llegado a una familia hermosa pero esa herida estará siempre y dependerá de su entorno y de la empatía de quienes lo rodean que pueda cicatrizar.
Amá, acompañá, abrazá y entendé la enorme magnitud de lo que sucedió para que tu hijo pueda preguntar, hablar, decir... y sanar.



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