martes, 24 de junio de 2014

Distanciamiento entre padres e hijos (del corazón)

No es la primera vez que leo algún mensaje de padres del corazón (con frecuencia la que escribe es la madre en su necesidad de hallar una solución) en que se plantea que están atravesando una situación dolorosísima, que les ha destruido la vida, porque su hijo/a se enteró hace un tiempo que no es hijo de sangre y a partir de ese momento todo se desmoronó... El vínculo ya no es el mismo. El hijo está enojado, distanciado. No puede perdonar la mentira o el ocultamiento (con frecuencia esto repercute en la relación con los nietos) y los padres no saben qué hacer...

Aclaro que la idea de este post no es culpar a nadie, ni juzgar a nadie, tampoco justificar maltratos, ni que nadie se transforme aquí en el "malo de la película". La idea es que podamos entendernos y expresar lo que nos pasa... 

A ver... la primera pregunta que en ciertas ocasiones les hago a esos padres del corazón (no digo adoptivos porque en los casos que conozco se trató de una sustitución de identidad y ahí -creo yo- radica el gran conflicto, ahí emerge esa bola de nieve que cada vez se hace más grande) es ¿qué sentirían uds. si un día descubren, o se enteran, que aquellas personas en quienes confiaban absolutamente les mintieron? Los padres son las personas en quienes primeramente confiamos, es algo natural. Creemos en ellos sin cuestionamientos y pensamos que nunca nos harían daño. Luego, al crecer, podremos sí cuestionar sus modos, sus formas, pero llegado el momento, ya adultos, es muy probable también que comprendamos y aceptemos su humanidad. Son personas que pueden equivocarse.

Pero ¿qué hay si además de equivocarse ocultando una verdad tan íntima y personal como los orígenes siguen en la misma postura? ¿Si siguen poniéndose en primer lugar, en el centro de la escena? 

Padres que se preguntan: ¿por qué nos hace esto? ¿por qué? si le dimos amor, educación, alimento, vestimenta, viajes... ¿Por qué nos aleja de su vida, nos acusa, nos culpa, si nos desvivimos por él, si estuvimos en sus fiebres, si lo vimos crecer, si siempre le dimos lo que necesitó?

Siguen siendo el centro de la escena, aún a pesar de que el tiempo pasó. Siguen pensando en sí mismos y muchas veces son incapaces de reconocer el error desde el corazón. De reconocer que se equivocaron, que hicieron las cosas mal. Que aquello que minimizaron y que aún hoy minimizan es importante. 

Saber.

Ya no se trata solo de los padres... Nunca se trató únicamente de ellos. Cuando un hijo descubre la verdad se trata de lo que siente el hijo. De ese ser que ya no es un bebé indefenso y que puede decidir por sí mismo. De su angustia y su dolor porque gran parte de su vida lo engañaron. De su desconcierto por averiguar cómo fue que sus padres llegaron a él. Si la manera de llegar a ese hijo fue turbia, si fue por intermediarios, si hubo dinero de por medio es lógico que un hijo se sienta confundido. Es lógico que no sepa dónde está parado, qué hacer con todo lo que le está pasando...

Si además de lidiar con ese cúmulo de emociones tiene que enfrentarse a padres que siguen poniéndose en primer lugar, que minimizan lo ocurrido, que piden que esto siga siendo un secreto, que la gente no se entere, que sus nietos no se enteren (como sucede en muchas ocasiones), que hablan peyorativamente de las familias biológicas ("no te quería", "andá a saber quiénes eran" "por algo no te buscaron"), que se erigen en "salvadores" ("qué hubiera sido de vos sin nosotros"), o se consideran los dueños de aquella verdad ("seguí averiguando, yo no te voy a decir nada"), que pretenden un agradecimiento eterno ("tendrías que estar agradecido por todo lo que te dimos") todo se vuelve un caos emocional que provoca el distanciamiento. Un distanciamiento afectivo difícil de resolver. Y estas palabras, estas frases, muchas veces no se verbalizan, pero están en el aire.

Para que un hijo pueda entender y perdonar es necesario que del otro lado haya padres que acepten sus equivocaciones y que ayuden a reconstruir lo que se cree que se ha derrumbado. Con paciencia, con acompañamiento, con perseverancia, sin cuestionar... Asumiendo la responsabilidad de cada uno en la historia.

La historia previa de sus hijos no les pertenece. Esto deben entenderlo y aceptarlo en el corazón para poder abrirse... Para que ese amor que seguramente tienen y tuvieron pueda fluir de otra manera. Comprender que se trata de sumar. Comprender que se trata en lo posible de devolverles a sus hijos su identidad de origen, y sino se puede porque ya no hay forma, se trata de estar con ellos en este camino.

Porque en definitiva, hay algo en sus hijos de esa otra familia, la biológica y deben respetarlo porque es parte de lo que ellos son. 

Y hay algo, mucho, de uds., que ellos llevarán también como legado de por vida.

Que ese legado sea el de la verdad y el amor sincero.