jueves, 28 de marzo de 2019

Un paso más cerca ♥

Recuerdo hace casi diez años atrás, cuando inicié la búsqueda... Golpee tantas puertas intentando encontrar datos que me ayudaran a llegar a mi verdad... Tantas veces ahí, con el corazón en la mano... Así, un día, una tía me sugirió que me hiciera un test de ADN, la publicidad aparecía en un diario y ella pensó que podría de ese modo saber al menos algo sobre mis ancestros. 
Unos años después lo hice. Me tomé la muestra para FamilytreeDNA y llegaron los resultados, mostraban coincidencias muy lejanas y una preponderancia de linaje de la península ibérica. Con el correr del tiempo, ese listado de coincidencias fue haciéndose mayor y mi ilusión también.   
Hace unos meses fui por más. Me hice otro test, Ancestry. Este laboratorio tiene un banco mucho mayor que el anterior y sólo pedí a Dios en ese momento que apareciera alguien con más de 100 centimorgans de coincidencia conmigo. ¿Qué quiere decir esto? Centimorgans es la unidad con la que se mide la cantidad de ADN compartido con alguien. Por ej., tu mamá o tu papá van a compartir con vos aprox. 3500 cms, un hermano aprox. 2600 cms., un abuelo aprox. 1700 cms. 
Yo sólo pedía más de 100, encontrar un primo más cercano a través de cuyo árbol genealógico pudiera rastrear mis orígenes.
Y Dios me escuchó.
Llegaron los resultados y primera en mi lista apareció una mujer de EEUU, con 166 cms en común. Y no sólo eso, en segundo lugar apareció su hijo y en tercer lugar la hija de una prima hermana. Un pedacito de ADN compartido y empecé otro viaje, el de averiguar cómo podríamos estar emparentadas... Resultó ser que esa persona vivió en Argentina hasta sus nueve años y que parte de su familia materna quedó aquí. Le escribí con temor... miedo al rechazo otra vez. Miedo a perder esa oportunidad, esa puerta a la esperanza que puede llevarme a otros datos. Una de las posibilidades es que alguno de los hermanos/as de sus abuelos sea mi bisabuelo. Ella contestó, empezó a darme apellidos, lugares como un pueblito llamado Pontevedra cercano a Portugal desde donde vino su abuela y sus hermanos... y yo empecé a abrazar ese pedacito de la historia que puede ser también parte de la mía. 
Todavía falta mucho. Todavía estoy lejos. Todavía van y vienen apellidos, barrios porteños, parentescos, listas de barcos que llegaron a Argentina, registros de familysearch, puntos que intento conectar... Qué curioso... puntos que intento conectar para llegar a mí.
Estoy feliz porque fui bien recibida, porque intentan ayudarme, porque siento al fin que tengo una certeza. Ellos tienen que ver conmigo, son mi familia lejana. Y estoy un paso más cerca.



lunes, 25 de marzo de 2019

Los brazos que esperan

Elena tenía 24 años cuando el 19 de marzo de 1978 dio a luz a su bebé. Por ese entonces, vivía en  Mendoza Capital, era casada, y tenía toda la ilusión de recibir a su hijo o hija en brazos.
Hoy esos brazos son brazos que esperan.
El bebé nació a término y -según le contó el médico que la atendía- en perfecto estado de salud, cumplidos los 9 meses de embarazo. Elena no tiene muchos recuerdos del momento del traslado y lo que sucedió después. El trauma fue tan grande, el dolor tan profundo... La durmieron y al despertar preguntó a una enferma si era nena o varón y la mujer  le contestó que era una nena pero al pedir verla añadió con vos fría y cortante: "- ¿Cómo? ¿No le dijeron? Nació muerta." El mundo de Elena se derrumbó.
Se negaron a mostrarle el cuerpito y la sacaron del lugar. Nunca le dieron acta de nacimiento ni partida de defunción y debido a la depresión que sobrevino después durante mucho tiempo no pudo  recordar dónde estuvo internada. Ahora sabe que fue en el Hospital Español. Y no se rinde.
El pasado 19 de marzo, día en que cumpliría años su hijo o hija, se reunió en Capital Federal con un grupo de buscadores que quieren saber cómo llegaron a este mundo. Creo que cada uno de ellos imaginó una madre como Elena...
Una mujer que sigue adelante, una mujer que recorre todos los caminos para el reencuentro, que crea oportunidades con su lucha para sí y para los demás.
Para que un día, no muy lejano, sus brazos ya no esperen.







Gracias a Hugo Capparelli por las fotos



Podés escribirle a Elena a: Elena Matarazzo







jueves, 21 de marzo de 2019

Busco a mi familia biológica desde otro país...

Hace unos días recibí un mensaje de Rebeca.  Ella vive hace años en otro país y me cuenta que hace muy poco se enteró que no es hija biológica de sus papás de crianza. Me pide permiso para publicar en este espacio su búsqueda como primer paso para ver si algún dato aparece. Te deseo lo mejor Rebeca, que puedas encontrar el camino de regreso a tu verdad.
Aquí está su relato:

"Mi nombre es Rebeca y me enteré hace pocos días que mi madre biológica me entregó en adopción por no tener condiciones (tal vez financieras) para criarme.
Hoy en día ya no vivo en Argentina. Nací el 3 de julio de 1988 en algún lugar de la ciudad de La Plata. Mi mamá (quien me crió) no podía tener hijos, entonces una amiga le habló sobre una mujer (mi supuesta madre biológica) que tuvo o estaba por tener un bebé (la verdad no tengo bien en claro cómo fue esa historia) y no iba a poder quedárselo porque había nacido con problemas de salud. Supuestamente ella no tenía dinero para cuidarme pues también tenía otros hijos, pienso entonces que debo tener hermanos/as.
Mi papá cuenta que quien intermedió fue esa amiga de mi mamá, él ya no recuerda el nombre, y que él fue a buscarme a la casa del médico, un señor de edad en aquellos tiempos, quien consta en mi partida de nacimiento como el Dr. Gabriel F. Ramos. Fui registrada en Los Hornos.
A quien pueda leer este relato y sepa de alguna mamá que tuvo un bebé en esa fecha, en esa localidad y lo entregó por no poder quedarselo, o que tal vez lo hayan dado por muerto, dejo mi pedido de ayuda para encontrar a mi familia biológica. Gracias a todos!!"









viernes, 1 de marzo de 2019

"Tuve dos bebés y me entregaron sólo uno"

Dora lleva 42 años buscando a su hijo o hija. Al que le falta: tuvo mellizos y sólo le entregaron una beba, de allí en más encontrarlo se transformó en la lucha de su vida. 
Era el 26 de febrero de 1977 cuando se internó en el Hospital Emilio Civit de Mendoza para dar a luz. Allí, le dieron anestesia completa y despertó seis horas después. Los médicos negaron que hubiera estado embarazada de dos bebés.
Eran épocas difíciles y Dora continuó golpeando puertas pero no obtuvo resultados. Tuvo más hijos,  supo del dolor de perder al mayor, siguió adelante, y nunca olvidó.
Con la llegada de las redes sociales empezó a buscar a ese hijo/a por distintas páginas y agrupaciones de madres en la búsqueda. Así, se unió al "Colectivo Mendoza por la Verdad" con la esperanza de que algún día ese ser pequeñito que no pudo conocer, hoy adulto, haga el camino de regreso a casa. Además, tiene hecho tres ADN, entre ellos el de FamilytreeDNA. Sabe que el milagro puede ocurrir en cualquier momento.
El mes pasado Dora cumplió 50 años de casada, celebró tanto amor construido a través del tiempo con el mismo compañero con el que afrontó la desaparición de su hijo/a. Y levantó la copa... por la verdad.


Dora y su marido en su aniversario de 50 años de casados


Nora, hermana melliza del bebé desaparecido

Estos son tus hermanos ♥

Para contactar con Dora pueden hacerlo a través de su página "Te arrancaron de mis entrañas" o escribiendo a su Facebook personal Dora Aguilar