Cuando llegó a mis manos el
libro “The Primal Wound”, de Nancy Newton Verrier fue un gran descubrimiento
para mí. Pude validar a través de su lectura muchos sentimientos que tenía y
tengo con respecto a mi “adopción”. Entender la razón de actitudes y reacciones
que nunca había considerado hasta ese momento. Aunque algunos lineamientos me
parecen algo extremistas, fue liberador y sanador. Por eso hoy quiero compartir con Uds. una
serie de entrevistas a la autora, subidas a Youtube, de las que haré a
continuación (ya que no están subtituladas) una traducción aproximada, no demasiado literal (por falta de tiempo y porque tengo
más experiencia en traducción escrita, no soy intérprete, así que se aceptan correcciones) para los que no
dominan el idioma inglés puedan comprender sus ideas… y pensar si están de
acuerdo, o no.
“The Primal Wound (La Herida
Primaria), publicado en 1993, trajo luz a nuestros conocimientos sobre la psicología
prenatal y revolucionó la manera en que pensamos la adopción.
Esta mirada clara y honesta
sobre los efectos de la separación y el dolor de la pérdida ha ayudado a los
hijos adoptivos, sus padres biológicos y su familia adoptiva a SANAR.
Nancy Verrier – Parte 1
Cuando escribí “La Herida
Primaria” en 1993 sentí que había una falta real de información sobre cómo un
niño se ve afectado por la separación de su madre biológica. En realidad,
cuando lo escribí por primera vez fue una tesis para mi Maestría en 1986 y fue
luego de haber dado una charla en la Conferencia del Congreso Norteamericano de
Adopción en California que mucha gente me dijo “tenés que escribir esto en un
libro porque necesitamos subrayarlo y absorberlo”. La gente necesita saber sobre
esto, mucha gente se sintió muy comprendida cuando me escucharon hablar
sobre el legado de haber sido dado en adopción y de haber sido separado de la
madre biológica.
Creo que hay un poquito más de
concientización respecto de la herida primaria y cómo los bebés se ven
afectados cuando son separados de sus madres y no sólo cuando son adoptados
sino también al estar en incubadoras apenas recién nacidos o cuando los padres
se van de vacaciones por dos semanas sin el bebé cuando éste tiene sólo dos meses,
este tipo de cosas afectarán al niño porque los bebés tan pequeños no entienden
sobre permanencia. Cada vez que su madre se va temen que se haya ido para
siempre. En el caso de los adoptados, les sucede algo extra porque no sólo su
madre no regresará nunca sino que llegan a una familia con la que pueden tener
pocas huellas en común y entonces deben iniciar su vida adaptándose a algo que
pueden sentir que no es muy congruente con lo que sienten por dentro. Sufren un
primer trauma enorme al ser separados de su madre biológica y luego sufren un tipo
de trauma crónico constante al tratar de descubrir cómo ser cada día de sus
vidas dentro de esa familia y no creo que la gente lo comprenda demasiado.
Con respecto a los padres,
aman al niño, desean que se sienta miembro de la familia, lo consideran un
miembro de la familia y no piensan demasiado cuán diferente el niño puede ser y
creo que parte de eso surge de nuestra creencia de la naturaleza vs. la
crianza, si tan sólo los criamos como se debe serán como nosotros, bueno
entonces por supuesto son cada vez más parecidos a nosotros pero eso tal vez
pueda significar que sean cada vez menos ellos mismos. La adaptación es algo
que de hecho todos hacemos hasta cierto punto, pero cuando vivís en una familia
en la que de alguna manera no te sentís reflejado realmente sentís “bueno,
¿está bien ser yo?, ¿encajo?”, está todo este proceso de tratar de descubrir
cómo encajar y por supuesto algunas familias encajan mejor que otras. Algunos
niños no necesitan adaptarse tantos como otros niños sí deben hacerlo. Pero si
estás en una familia donde te sentís muy diferente, y he hablado con adoptados
que lo han estado, es muy difícil cada día intentar saber cómo ser en esa
familia de manera tal de no sufrir la misma experiencia de ser expulsado o rechazado
otra vez como lo sintieron al inicio de sus vidas.
Creo que hay una comprensión
mayor respecto de que la gente necesita tener información sobre sí misma. En lo
que a mí respecta lo considero un derecho civil y un derecho humano y no puedo
entender porqué no todos pueden acceder a saber quiénes son. No entiendo porqué
en este país nos está llevando tanto
tiempo llegar a este punto. Toda persona en el mundo tiene derecho de saber
cuál es su historia, cuáles son sus ancestros. Una mujer adoptada me contó que
estaba hablando con sus padres adoptivos y les dijo “Mamá y papá, sí, uds. son
mi mamá y mi papá pero sus ancestros no son mis ancestros” y esta es la
cuestión. Aman a sus abuelos de ambos lados de la familia, aman a sus primos y
sus tíos y tías y demás pero no hay linaje. Ese trozo de papel es un papel
sociológico legal no un papel biológico o incluso psicológico y no tiene que
ver ni con la biología ni la psicología del niño o de la persona por lo tanto
no entiendo porqué nos está llevando tanto tiempo considerar la apertura de los
registros de adopción, la mayoría de los países lo ha hecho ya hace tiempo
atrás.
No es que se complique para la
gente cuando se abren los archivos, no es gran cosa, no es que los adoptados
van a decir mis padres adoptivos no son más mis padres o algo por el estilo,
entonces no entiendo porqué se hace difícil para la gente entenderlo. Cuando
hablás con la gente frente a frente y les explicás que es importante para los
adoptados saber quiénes son lo entienden inmediatamente. Nadie ha discutido esto conmigo. Dicen “por
supuesto que es importante, por supuesto que deben saber quiénes son”. Pero
cuando entrás en el ámbito de la legislación te encontrás con un puñado de
abogados que hablan sobre esto y tienen dificultades con ello: una de las
cuestiones que siempre mencionan es sobre la confidencialidad que se le
prometió a la madre biológica. A ninguna de las madres biológicas con las
cuales hablé se les prometió nunca nada, ellas han sido amenazadas y se les ha
dicho “ahora el bebé tiene una nueva familia y esa familia no quiere saber
sobre vos, así que no aparezcas para molestarlos de aquí en más” y muchas de
ellas temen buscar porque cada vez que piensan en ello regresan a cuando tenían
16 años y piensan que se supone que no deberían hacerlo. Es ridículo. No se les
prometió confidencialidad, se les dijo que no debían interferir con la nueva
familia.
Entonces muchas de las huellas
tienen que ver con el cuerpo, la reacción del cuerpo a cierto tipo de
emociones. Como sabemos el cuerpo y la mente y el espíritu no están tan
desconectados como nos habían llevado a creer en el pasado. Es todo parte de un
sistema dentro nuestro, entonces si experimentás un trauma en tu vida, éste
produce cierta química en tu cuerpo ante la cual reaccionan las diferentes partes
de tu cuerpo y diversas cuestiones suceden como resultado de ese trauma. Una
persona puede sentirse mal del estómago, tener dolores de cabeza, presentar
problemas de piel, todas estas cuestiones pueden ser resultado de una
experiencia emocional o traumática. Por lo tanto, las huellas somáticas están
relacionadas a la manera en que el cuerpo reacciona ante el trauma u otro tipo
de emociones.
Un bebé que se queda con su
madre al nacer tendrá una experiencia totalmente diferente a aquél que es
separado inmediatamente de ella y no sabe a dónde se fue. Por lo tanto las
conexiones neurológicas serán muy diferentes en los dos bebés. Lo que
sucede es que cuando estas emociones quedan impresas en el sistema neurológico
seguimos reaccionando una y otra vez, aún si no están sucediendo en el
presente. Es una respuesta a un viejo disparador. Por ej, muchos adoptados se
sienten rechazados con facilidad, si alguien no los mira de la manera adecuada
ya se sienten rechazados porque esto dispara aquel rechazo que sintieron de su
madre cuando desapareció. Muchos niños cuando ven que su madre no llega a
buscarlos al colegio sienten que no volverá , otros niños no sienten eso,
simplemente dicen “está retrasada otra vez”. Un niño que ha experimentado el
abandono al inicio de su vida sigue pensando que esto sucederá una y otra vez.
La parte más frustrante en lo que se refiere a la memoria es que la memoria
implícita, que es una memoria que no recordamos pero está siempre allí, lo que
sucedió en el primer año de vida cuando no tenemos memoria explícita, tiene que ver con nuestras respuestas emocionales, nuestro sentido
sobre nosotros mismos y los otros, con la manera en que vemos al mundo y
nuestras actitudes hacia él y hacia los otros. Y aún así no recordamos en
absoluto que fue lo que sucedió. ¿Cuántos adoptados recuerdan el momento en que
la madre los dejó? No, no lo recuerdan y sin embargo sabían en aquel momento que algo faltaba. Los bebés conocen
a sus madres, y por lo tanto saben que quien estaba allí no era la misma
persona. Y esto es una diferencia para ellos. “