viernes, 18 de enero de 2019

¿Qué pasó con mi bebé?

Con el advenimiento de las redes sociales nuevas puertas se abrieron para aquellas personas que buscan su identidad de origen y, poco a poco, empezaron a escucharse los testimonios de madres que fueron víctimas de serias irregularidades al momento del parto y están convencidas de que su bebé no falleció al nacer.
Imaginemos el estado de indefensión y vulnerabilidad absoluta de una mujer que va a dar a luz. Imaginemos cómo se siente haber esperado ese día durante meses y que tu vida se transforme en un instantante en una pesadilla...
Voy a compartir en este espacio esas historias para darle voz a esas mamás, para que entendamos que cada llegada ilegal o irregular de un bebé a una familia puede sustentarse en el sufrimiento y el dolor incomparable de otra. Arrancar a un hijo de los brazos de su madre no tiene nombre.

La historia de Liliana (22 de noviembre de 1988)


"Esta es mi historia... Esta soy yo, tres días antes de dar a luz a mi segundo hijo, tres días antes de que mi vida cambiara para siempre. 
Tenía entonces 18 años, estaba casada y cursaba un embarazo normal, me atendía en la Maternidad Santa Rosa de Vicente López. El 22 de noviembre comienzo con contracciones muy temprano, me lleva a la maternidad mi esposo y me acompañan mi suegro y mi hermana. Cuando llego me preguntan por qué no me había atendido nunca, a lo que respondí que ¡sí me atendía y hacía los controles! Mi historia clínica había desaparecido. De ahí en más fueron muchos los maltratos psicológicos de parte de enfermeras y médicos. Cuando nace mi bebé me dicen que no lo podía ver y se lo llevan. Me dicen que fue varón, pero no sé si es cierto, y me dijeron que había fallecido hace tres semanas, pero ¡yo lo sentía darme pataditas! Todo lo que siguió después fueron los trámites de los que se encargaron ellos aduciendo que era mejor que mi marido se ocupe de mí porque estaba muy mal, insistieron en que era joven, que lo iba a superar y podía tener más hijos, yo no podía creerles... No me dieron partida de nacimiento, y el acta de defunción pude retirarla hace un año cuando la presenté a la Defensoría del Pueblo. Nunca pudimos ver al bebé... le entregaron a mi marido un cajoncito cerrado, en el cementerio figura que lo que enterraron el 21, ¡pero yo lo tuve el 22! y en el libro de óbitos de la Maternidad no aparece ningún bebé fallecido ese día, ni antes ni después. Sólo nacidos vivos. 
Han pasado 30 años... Desde el primer día lo busco. Me hice el estudio de ADN de Familytree esperando que él o ella venga a mi encuentro. 
Aquí estoy, con mis otros hijos. El tiempo pasó pero no lo olvido, sigo adelante con esperanza, y me pregunto cada día ¿qué pasó con mi bebé?"




Para contactar a Liliana: Liliana Leiva








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